Frailejones en el Páramo.
El silencio y su importancia en los procesos creativos.
Yo abrazo el silencio, pues es ese silencio el que me permite concentrarme y hacer lo mejor de mí.
Amo esta acuarela de los frailejones, pues para mí representa el más puro silencio que he sentido en mi vida. Fue en los páramos andinos en la ruta de Mifafí a más de 4200 msnm, en una de las varias excursiones que hice con mi profesor Palamary. Donde aprendí a VER y sentir la naturaleza.
El páramo fue el hogar, la casa, mis raíces. El sonido del viento en las montañas a esa altura y el frío, congelaba mis manos.Cuan importante son las manos Casi no podía pintar y mi profesor lo hacía sin ningún problema. Me dediqué a tomar fotografías, de unos frailejones gigantes que desbordaron mi vista y mi vida. No se que pasó, ni como lo hice, pero fue allí donde ocurrió ese misterio donde aprendí a dejar fluir el proceso de la acuarela, sin pensar en el resultado.
A veces comento en mis clases de acuarela, que me sentía perdida en algunas de sus clases, pues no lograba hacer nada que me gustara.
Y entonces entendí que lo que me impedía iniciar ese proceso era mi ruido interior, sólo cuando hice consciente lo que estaba inconsciente, todo se iluminó.
Yo enseño además de acuarela, quizá un poco más para manejar el impedimento que nos limita en el momento de crear.
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